¿Cómo será? ¿Será o no será? ¿Será lícito declararle mi amor al pájaro Cutervo que me tiene loca y repodrida y archihinchada de amor? ¿Será posible un amor imposible entre una nube y un cuervo? ¿Será o no será? Pero, ¿está bien visto que prolifere el amor entre una nube y un pájaro?
Al menos a mi Cutervo, yo lo amo.
Lindo mi Cutervo, todo plateado, cuando los demás lo ven negro o pájaro de mal augurio o de agüero gargüero, ay no sé, no sé esas cosas que dicen los humanos. Ni me interesa. Lo cierto es que lo amo, y él, siempre correcto, como un caballerito, oiga usté, siempre me visita antes del atardecer. Según él, para contemplar mis transformaciones coloridas, que si del blanco al gris, al violeta, al verde óxido, algunas partes de color marrón y otras anaranjadas, incluso rojo o rosado, según se "va muriendo" el pesado del bola amarillo al que ustedes lo llaman "sol". Que soy un espectáculo, me dice, que le alegro la vida, sigue. Y yo, gracias, qué gusto que me visites así, Cutervo, que me valores por lo que soy, por ser una nube cumulonimbo. Gracias, gracias. Que si tuviera brazos más sólidos y menos esponjosos~nebulosos lo abrazaba, lo acogía en mi seno y lo protegía, como una madre a su bebé.
Ay, Cutervo, mira todo lo que me haces escribir en este blog, porque me inspiras digo, porque eres mi inspiración y suspiración de cada día que te veo... (suspiros).